Superarse cada vez más es una tarea obsesiva para muchos. Pero una autoexigencia elevada a veces no es la solución. Lo mejor, reconocer virtudes y defectos en la justa medida.
En el interior de cada persona existe una voz que juzga continuamente lo que hacemos, y que en ocasiones se expresa de manera insistente. La autocrítica constructiva, en cambio, es aquella que detecta y señala los errores, pero no los amplifica. Es decir, puedo reconocer un fallo específico ("Esto ha salido mal") sin generalizar el error a toda la persona ("Soy un desastre"). Tampoco recuerda continuamente aquello en lo que se ha equivocado, sino que puede dejarlo pasar, aunque en una próxima ocasión intente mejorarlo. De este modo, los errores suponen una oportunidad para reconocer los propios límites, para rectificar y aprender.
Veo ahora "MEJOR IMPOSIBLE", James L. Brooks. Una comedia que gira alrededor de un escritor que sufre un trastorno obsesivo que le hace intratable frente a los demás.
"Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien" (Willian Shakespeare).
"La vida supone la consecución de un fin. Y la lucha por la superioridad la pone en movimiento" (Alfred Adler).
"La autoestima del hombre actual depende de factores externos del éxito y del juicio de los demás" (Erich Fromm).
"El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen" (Rabindranath Tagore).
Suena ahora MANDO DIAO "All my senses"
Dibujos 2024
Hace 1 semana
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